Una mujer que vivía agobiada constantemente por lo que ocurría en su entorno, por las malas noticias que diariamente veía en los medios; cada vez que se enteraba que había crisis económica en el país, que la delincuencia aumentaba, que estaban cosas terribles por suceder; reaccionaba angustiada queriendo salir del país.
Las noticias que generalmente compartía a sus seres más cercanos iban relacionadas con todo lo negativo que estaba sucediendo. Un día se encontró con un sabio, a quien le relató los últimos sucesos que le preocupaban y le pidió consejo.
La mujer le suplicó: Por favor dime qué debo hacer para salir del país, quiero irme a un lugar donde pueda estar tranquila, pero no sé a dónde.
El sabio le preguntó: ¿qué es lo que te agobia tanto? A lo que la mujer contestó: Tengo miedo por todo lo que ocurre en el mundo, lo malo que me puede suceder y, siguió relatando todos sus miedos, detallando aquellos relacionados con sus enfermedades y su relación con los demás.
El sabio le contestó, está bien que quieras vivir en un mejor lugar, lo que no puedes hacer es escapar de ti, de tus pensamientos catastróficos; ya que, a dónde vayas, irán contigo. Dime todo lo bueno que hay en tu vida.
La mujer se sorprendió y sin lograr responder a la pregunta del sabio, quiso defenderse dando diversas explicaciones para justificar sus preocupaciones. El sabio la escuchó atentamente y con voz pausada le preguntó, ¿has notado que afuera también hay cosas maravillosas? Hoy todo lo que ves afuera, es solo un reflejo de tu interior, de tu necesidad de controlar, pero esto puede cambiar para bien.
La mujer levantando la voz dijo: ¡que maravilloso puede ser el lugar donde nací, los padres que me tocaron, los gobernantes, mi economía y hasta mis enfermedades!
El sabio la tomó de sus manos y con voz firme replicó: No puedes escapar de ti, toma el control de tus pensamientos, de tus actos y sé responsable de tu vida. A partir de hoy, comienza a crear en el jardín de tu mente, la vida que aspiras tener y ponte en acción.”
La mujer con tono de burla le contestó: “Si claro, entonces, debo tener el típico pensamiento mágico y todo cambiará, ¿no? mis padres, el gobierno, mi economía, mi salud.
El sabio guardó silencio, la observo por unos minutos, vio su rostro desencajado y ansioso y, con suavidad le dijo: Mujer, donde centres tu atención, te seguirás manteniendo en caos o encontrarás tu paz. No puedes cambiar el pasado ni a tus padres, pero sí, los recuerdos que eliges y la historia que te cuentas sobre ello. No puedes cambiar lo que sucede en el exterior, pero sí, seleccionar aquello que consumes (noticieros, alimentos dañinos, sustancias para los nervios que se convierten en adicción y dañan no solo tu mente, también tu cerebro) y optar por lo que te haga crecer, mejorar tu salud y ofrecer tus dones al mundo.
La mujer se sonrojó y escuchó lo siguiente con total atención: La vida, es una maravillosa aventura, un breve recorrido en la inmensidad del universo que constantemente nos presenta una variedad de experiencias, agradables, desagradables y, día a día nos invita a dar la cara ante los desafíos, con la frente en alto y un corazón valiente. Tú decide si quieres vivir quejándote, culpando a otros de tus decisiones, justificándote o tomar el riesgo liberarte y escribir tu nueva historia.
Crea tu Ser.
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